Una sonrisa, ese equívoco
instante en que Plutón
no sabe ni quiere saber,
que canta como los ángeles,
que baila como los cisnes,
que besa como la mejor
de las chicas distraídas.
Igual ni quiere saberlo.
Plutón es el héroe perdido,
el enano disoluto que ama
porque odiar es demasiado,
y no da la talla, pobre,
pero tampoco le importa.
Y sonríe, ahí agazapado
tras la luna, lo ves?
Maldito cabrón enano,
qué te costaba brillar
y ser estrella?

Noria
Doy vueltas, voy arriba,
voy abajo,
vueltas en un carrusel.
Cuando voy arriba
veo las olas del mar,
cuando bajo veo briznas de hierba,
helechos y alcornoques.
En el viaje me atraen las rocas,
el agua las desnuda con un roce,
brillan al atardecer, orgullosas.
El viento sacude los eucaliptos,
los saludo, soy el jinete que sube
al compás del organillo.
Más allá de la arena y de las olas
hay una línea que separa
el agua del aire,
pero yo, apenas la distingo.
Se entrecruzan bruma de mar
y boscosa tierra en mis niñas,
mientras giro y giro,
noria de mi vida.
La gaviota me mira confundida,
para qué sube?, para qué baja?,
la pobre no sabe que vuela,
que mi caballo es de madera,
que no puedo soltar las riendas,
voy abajo, voy arriba.

Santo
De vez en cuando, otra vez,
y otro cuando,
olvidas razones, olvidas verdades,
olvidas,
y no es que no te halles, pero te encuentras
y a veces, tan solo a veces,
te invade esa inquietud en que las horas
quietas no se sumergen ya,
en que los ríos son cautivos de las lágrimas
y las risas esconden su poco misterio,
detrás de unas piedras,
en la tapia de Dios sabe qué campo,
santo, porque santo es el ingenuo,
y a ti, a ti te olvida hasta el recuerdo
de los imborrables pecados
en que sobreviven tus deseos,
imperfectos, imperecederos, imposibles,
tuyos, en busca de una cruz
donde crucificarse, donde ser,
y de vez en cuando, obra y carne,
finges, sonríes, cantas, bailas,
sin la tormenta de tus quiebros,
en pos de una luz donde anidar
quieto, en la quietud callada
de tu propia misericordia,
te invade el silencio, calla,
no digas nada, calla.

Faro
Me da por los destellos,
me da por las luces,
y por las sombras,
me da por mirar y acabar sin ver.
Y los ojos se me llenan de sal
intento mirar lejos, tan lejos,
que apenas distingo el agua del cielo.
Se me rompen los luceros
sin esperar el alba, no clarea,
pero la mar sube, siempre sube,
y anega mi cuerpo, ciego de no verte.
Busco luz entre los silencios,
y la busco lejos, la busco en lo alto,
piedra tras piedra,
entre las rocas,
entre los precipicios,
entre la arena fina
que cubre mis pies desnudos.
Pero el agua vuelve a su madre
y mis pies se hunden tan de poco,
que enraízo en la orilla virgen,
a oscuras,
noche cerrada,
noche callada.

Hauria
Hauria d’haver-te dit que les mans
estaven buides de no sentir-te.
Hauria d’haver-te dit que les raons m’esfugiren
de tant en tant com la pluja.
Abans de sentir-te oblidava el teu cant
i si no fos el que soc, ni el que dic,
no hauries d’haver endevinat
que lluny dels teus ulls no hi ha miracles,
que la nit és de vegades llarga i fosca,
que tu, com jo, som estranys
i que no et conec, ets tu, soc jo.
Ara em diuen que estàs lluny,
ara em diuen que ja no hi ets.
Després d’haver fugit, ja no sóc ací,
però sent les teues mans buides,
buides com ahir.

Lejos
Cajones vacíos te acompañan
intentas no irte, no tener prisa,
y te persigue el tiempo
el que has perdido, el que ganas,
las risas olvidadas y alguna lágrima.
Buscas lo que nunca te arropa
entre las manos que te huyen
y persigues estar, sin ser, ni querer,
adiós quizá a los estrépitos,
a las riñas de amantes cansados.
Cuando tú me olvides, yo seré,
cuando yo te olvide, tú reirás,
en tu infinita perfecta feminidad,
sin temor, sin quiebros, solo tú.
Y ahora, siquiera nadie, sin mi,
lejos sin haberme ido, pero lejos,
olvidado sin recordarme, sin mi,
ya no me duele, de ti, ni de mi.

Temo
Le temes a la muerte le preguntaron,
y él dijo, no, a la muerte no.
Temo morirme,
temo no ver el sol en las madrugadas,
temo no mojar mis manos con el rocío,
temo no calar mis huesos con la lluvia,
temo no sentir el temblor de tus carnes
cuando te rozo.
Temo no ver tus ojos mirándome,
temo despertar,
temo dormirme,
temo sentir que ya no estás.
Temor a la muerte, no,
la muerte,
qué sabrá esa lo que es morirse.

Judas
Judas
Firulí, firulá, el mundo se va a acabar.
Unos lo amamantan,
otros lo degüellan.
Firulí, firulá, el mundo se va a acabar.
Suenan los tambores, las cornetas,
afila el pedernal,
grita lo que nadie oirá.
Te retuerces sin tener tumba.
Aún no, espera sin piedad.
Judas y sus monedas,
apenas arrepentido,
ahora henchido, pavo sin cola,
ni judas te perdonará,
Firulí, firulá, donde irás a robar.

Caja de música
Parfois, je me souviens de toi,
rarement,
parfois je te rêve,
souvent.
Et quand tu es là,
à peine je te vois,
à peine perceptible entre mes mains,
tu t’échappes,
rêve parmi les rêves,
comme une goutte d’eau froide,
comme un matin sans rires,
sans ta bouche,
sans toi.
Et je me tais,
et toi, tu ne parles pas,
tournant en rond,
enfermée
dans le ruban de ma boîte,
ma boîte à musique.
A veces te recuerdo,
las menos,
a veces te sueño,
las más,
y cuando estás aquí
apenas si te veo,
apenas perceptible entre mis manos
te escurres,
sueño entre sueños,
como gota de agua fría
como mañana sin risas,
sin tu boca,
sin ti,
y me callo,
y tú no hablas,
dando vueltas,
encerrada
en la cinta de mi caja,
mi caja de música.
Es tarde
Huir, a veces huyo
de mi, de ti y de nosotros.
Descerrájame una vida,
entre las pupilas,
entre las manos.
Huye sin tenerme
ni quererme, yerma.
Donde voy, no lo sabes,
excelsa carne olvidada.
A veces siento que es
demasiado tarde para nada.
Y a veces siento que es
demasiado pronto para todo.
Y entre la nada y el todo,
entre tan lejos y tan cerca,
no puedo refugiarme en las voces.
Infinitas palabras discordes
que no puedo decir,
ni siquiera puedo sentir.
No sé si tus ojos me miran,
no sé si tus manos me tocan,
y mientras, me ausento en mi, de ti,
y no llego, corriendo no llego,
gritando no digo, y callo
por no ver tu sonrisa,
por no recordar, ni sentir,
ni palpitar, ni amar, ni reir.
Fugaz la tarde me evade,
tiene prisa de mi, sin ti,
y la noche me acecha
oscura, infinitamente oscura.
A veces te siento,
y siento que es pronto.
A veces te recuerdo,
y sé que es tarde.