Dénia

Te pierde la mirada
entre espumas y brisas
mientras la ola te sueña.
Despiertas en brumas
que el monte olvida contigo
en tanto llega la luz,
lenta, creciente, en su falda,
que deseas y recorres.
Desde el viento y la mar,
entre risas, entre charranes
y maullidos que llenan tus muros.
Donde la cruz no llega
y todo es nube, todo es calor
que convierte tus aguas
en vida, salpicandote.
Abrigando en tu orilla marinas
y cuevas labradas, inmersas
entre el fanal y la peña.
Recordando el sur que te raptó,
las rencillas en tus entrañas
y el norte poderoso
que te abraza y te pervierte
entre fogones y camas.
Jugando con el fuego
la risa y la fiesta, a diario,
para que no te olviden.
Renaces cuando embarcas
y aventuras palabras
con las olas, nunca iguales
pero siempre volviendo, a ti.
Arena, roca y sal.