Inciertas verdades,
y calladas dudas, susurrantes,
ríen en ti y no contigo.
Te asombran, y pierden
su virginidad delatada,
sus prejuicios, mis creencias,
sus arrebatos, mis ausencias,
y el impulso que se arruina
entre palabras perdidas
y llantos encontrados.
Penetras en almas cerradas,
incógnita mirada y realidad,
tuya, mía, inacabada,
y te arrastra, resurge.
Desconoces y evitas,
no reconoces, impropios,
momentos que fluyen
y te acobardan, evidencian
y fingen tu presencia
revelando tu mucha miseria,
y tu poca serenidad
cuando los haces propios
y abordas el instante.
Tomando posición y riesgo,
implacable, en tu locura
y tus miedos, amontonados,
férreos, usurpados al tiempo
y a la madurez que evitas.
Deseas, perdonas, olvidas
y hablas mientras escuchas,
lloras cuando admites
y admiras cuando asientes,
y no entiendes, pero aceptas.
A las emociones cuando se transforman en sentimientos.