El grito

Gritas, y por más que gritas,
no escuchas, voz silenciada,
y recuerdas, más que olvidas,
y sientes, más que dices,
y pides, más que ofreces,
y callas, más que ruegas,
sin admitir lo obvio, de tan simple
que lo temes, más que nada.
Mientras gritas encuentras ecos
donde sondar tu ingrata duda,
la que no germina, la que no crece,
y a veces, puede que a veces,
desesperes por falta de retorno,
la sonda perdida en abismos
de necedad, imperfectos.
Mientras recuerdas sueñas,
la tibieza suave y amada,
plena y siempre presente.
Mientras sientes vuelves
a la tormenta angustiosa,
forja de cuencas inundadas
y notas discordantes, vacías.
Mientras pides te extrañas,
pero pretendes todo y lo deseas,
suma de ansias, reflejo de inquietudes
que has evitado, has ocultado.
Mientras callas buscas,
anhelas respuestas a dudas
que maduran dentro, hondo,
y no te atreves a despertar.
Mientras admites, niegas,
como si pudieras negar,
negarte a gritar, a recordar,
a sentir y a pedir.
Y callas.

Voy a pintar la vida de personas que respiran, sienten, sufren y aman (E. Munch).