Entender

Guárdate del embrujo de las sirenas,
del canto de las manos vacías,
de miradas heladas, páramos yermos,
de almas insondables, fatigadas,
no te acerques a las falsas virtudes,
a los engaños de las palabras,
charlas de ocarinas sin viento
que desconocen el compás del aire,
no palpitarás en el seno de esas voces
tan efímeras, tan insondables,
no caminarás en las tesis errantes
de curvados goces sin fin en la noche,
abordarán el silencio de tus anhelos
sin atreverse a fingir la escucha,
tus estrofas serán mancilladas
tus creencias amortajadas
y no habrá plañideras, ni risas,
no habrá certeza en la unión
mientras te desvaneces a su ritmo,
en su lascivo cuenco de simientes
no encontrarás el refugio sereno
pero te sentirás vivo, presente,
y entenderás lo inexplicable,
amarás lo imposible por serlo
y con ello volverás a ser.