Jardín

La niña de la sonrisa
camina entre piedras
y me grita altiva,
me olvida, me irrita,
desatinado, modificado,
me quedo lejos del camino
sin mis razones,
desalentado,
atiné a perderme entre la vida
y los hoyuelos de su prisa,
la imperfecta ilusión de ser,
ser humano y alejado,
huellas que en mí palpitan,
sin descubrir los pasos
del niño que se dejó las llaves
de un corazón perdido,
en las mañanas del jardín
que languidece, podado sin querer,
no me dejé la piel por nada,
ni la suerte de perder
las hojas de mis tallos
en la aridez de su mirada.
No quiero que me duela
y me duele el duelo
en que el dolor nos deja,
me vence la doliente
desesperanza de sentir
y me fustiga la pena
en que omito pensar
por no sentir, ni doler.
Quisiera recordar,
en el olvido,
lo que en la risa me escondes,
la sonrisa de las notas
perdidas en tu piel.