Puedes jugar al escondite
y buscar fichas marcadas.
Puedes lanzarte al vacío
sin red, sin casco, sin seguro
y pretender que vuelas,
te dejará malparado otra vez.
Pero no importa, sigue y sigue,
los dados siempre cambian,
estrenas baraja, y tablero,
cambias las damas por el poker
buscando la única carta
que te permita comer fichas
para llegar justo enfrente
y recuperar tus piezas,
todas, sin pérdidas, sin sacrificio.
¿Acaso no es tu partida?
La empezaste, la juegas
y apuestas fuerte, sin perdón,
ni un farol, sólo buenas manos
que te permitan desbancar,
quedartelo todo, renacer,
pero no pidas prestado,
te vales y te sobras, sin duda.
Puedes, de nuevo, ser
y debería bastar
al menos esta vez
y si no, revienta, siente,
porque eso es lo que deseas
y te consume lo contrario.
Falsea lo que necesites
pero no te dejes vencer,
dale y dale hasta ganar.
Tienes que morir unas cuantas veces antes de que realmente puedas vivir. (Ch. Bukowski)