Lejos

Empecé a diseñar casas, sin ti,
donde las nubes rasgan las piedras,
empecé a saber hilvanar sueños
en los que no amanecía,
de tan oscuro,
maldita la noche que me dejan
los huecos entre tus palabras,
las risas sin sentir tu voz,
maldita la mano que me roba
lo poco que fui a tu lado
y lo mucho que dejé de amar
ya sin saber sentir,
maldita la espera, desesperada,
sueño efímero sin verdades,
donde pierdo la simple nota
de lo que nunca quise aprobar,
y me presento incierto en la huída
donde me oculto una vez más
para que las huellas no me pisen
lejos y ya resuelto, pero lejos,
sin el vaivén de las orillas,
la fiesta de las brisas, serenas,
donde ya no quedan miradas
que no amaguen el suspiro
por las vetas agotadas
de mi realidad.