Mangas

Las mangas marinas, se acercan y las ves formándose, las ves venir, y aún así no cambias de rumbo.

En cuanto te pille llenará tu bote de olas, retorcerá la jarcia, rasgará velas, todas, incluso las del pañol pero no debes amilanarte, es solo un breve instante, buscará otros mares, otros rumbos y otros capitanes tan incautos como tú.

Sabrás que hacerse a la mar y arranchar un bote requiere pericia y paciencia, sabiduría que no otorgan las prisas ni las emociones, podrás, con el tiempo, entender las olas y arrumbarte a ellas, sin temor, con la proa a la vista.

Izarás velas, alguna nueva, otras remendadas, pero a tope de palo, sin arrugas, afirmando pajarines y buscando otros vientos, suaves al principio, rugientes en la tormenta pero francos, sin rachas que te orzen ni acobarden.

Solo mangas marinas, viento inquieto, no son olas, no son mar, no son marejadas ni aguaceros, simples mangas marinas.

Sabes que el mar te perdona, el canalla es el viento, y has de aprender a vivir con él.