Descalzo, apenas si levantando polvo,
tus pies resbalan suaves y perdidos
entre crestas, arenas, mares
y ahogados impulsos, frenéticos,
que te roban y llevan, absorto,
de cumbres a pozos, instantes,
y no te descubres, te encuentras
y deseas ocultar tu zozobra,
el perdón de las emociones
y la alegría del olvido
ser, simplemente ser, tú,
no hay, no habrá, no será
ni te permitirá intentar no ser.
Eres, y pierdes tu ser, ahora,
eres y ganas tu verdad, después,
y te pierden, te olvidan,
tan pronto como tú pierdes
sin olvidar, sin evitar.
Me duele no tener tu sonrisa,
me duele no ver tu alegría
y me duele no ser sin ti.
Me pierde pasar y perder,
me olvida imaginar y creer
los deseos que pierdo
y las noches que te gano,
mientras no estoy ni estás
resbalo, caigo y sano.
Pero vivo en la mirada,
siento en las cimas
y anhelo segundos en ti,
lágrimas azules, hebras rubias,
marcos de cartón y calor
donde perder, crecer y amar.
La imperfección es belleza, la locura es genialidad, y es mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido (M. Monroe)