Nadie

Nadie tiene razón,
nadie está equivocado,
nadie está solo,
nadie está contigo.
Y lo sientes, de una vez
en una sola, imperfecta vez,
mientras te ves.
Nadie siente más,
nadie revienta menos,
nadie te ausenta,
nadie te hace temblar.
Otra vez, más y más
y sabes que es sincero
el crujido en tu olvido,
la puerta en tus sentidos,
la vanidad en tu piel
y la hoguera en tu sien.
Nadie te quema,
nadie apaga tu sed,
nadie arde contigo,
nadie deja que huyas.
Tenue y perdida una mirada,
un gesto, quizá equivocado.
Tarde, como las ilusiones
ahogadas entre vasos y espuma.
Nadie te entrega almas,
nadie desprecia verdades,
nadie grita y no siente,
nadie calla y revienta.

A las miradas que pretenden, y solo cautivan.