El viento azota las últimas horas de la tarde, sientes el apenas perceptible murmullo de las quebradizas ramas que se mecen una y otra vez al compás de insondables conciertos, sonidos que te persiguen a veces sin ton ni son, tan solo murmullos que acaso te recuerdan voces que no alcanzas a descifrar y que se agolpan en tus tímpanos buscando esclarecerse y definir el motivo de su existencia, la razón misma por la que se formaron, la idea que materializaron en sonidos buscando la interlocución y el entendimiento. Ahora escuchas, sientes y entiendes, palabras ocultas en los murmullos del viento que transportan sentimientos y dudas, albergas la ilusión de que te transmitan la pureza del mensaje original y puedas comprender su significado, las palabras dicen, a instantes con voz queda y suave, otras de forma impetuosa y firme, siempre comunicando, necesitas las palabras.