Bosquejo entre el juicio líneas,
garabatos al azar, sin pausa,
me guían extraño, insensato,
por el universo de mis duelos,
atrapado en mundos grises
donde la luz se ausenta rebelde,
preñada de emociones baldías
que rehuyen mis tristes poses.
¿dónde la esperanza, el grito
de los instintos insumisos?
¿dónde el desorden de la razón?
Tan sólo silencio, piadoso y sutil
que aprisiona, petrifica,
y me arrebata la pasión,
pasión herida de muerte,
pasión suplicante, ausente,
silencio encabronado, vil,
que me arranca la piel, me muerde
y miserable me rehuye cuando clamo,
silencio malquerido, silencio
absurdo de tan callado,
imperturbable en su griterío,
para qué, para quién, para nadie.
En el vocerío de mi tinta
se agolpa la furia y la razón,
me estremecen las palabras
en las que disfrazo mis vigilias
por no escuchar mis silencios.