Nos cruzamos, aprisa,
sin apenas vernos.
Uno, dos, otro paso.
Te miro, me miras,
solo un segundo,
mirada temerosa, cauta.
Paso a paso, tres, cuatro.
No hay tiempo para sonreír,
no puedes confiar,
aprietas tu paso, huyendo.
Se entiende, se percibe,
te niegan la seguridad.
Cinco, seis, lejos ya.
Aliviada, más serena,
y aun así no respiras.
Cómo confiar, no hay opción,
te va la vida en cada paso,
y me duele, pero no como a ti,
lo mío es simple, lo tuyo una vida.
Pero seguro que puedo,
debo, y lo intento, lo que me pidas.
Para que nunca tengas prisa,
y puedas mirarme
como yo quiero mirarte.
Y conocernos, iguales,
con la misma sonrisa, y sin miedo.
Ni una menos.