Tender puentes

Hay pequeñas distancias insalvables, no te sirve de nada trepar, no des saltos, no corras, no hay forma de llegar.
El tiempo, ese canalla, te devuelve de un plumazo al punto de partida, y todo el recorrido se deshace como arena entre la fina piel.
Te debiste dar cuenta con el primer paso, cuando permaneciste anclado a tu propio fondo mientras la marea alejaba el bote, pero sólo viste señales equívocas, y dudabas. Ahora conoces los algoritmos, los cálculos, la certeza de la medición y la evidencia de esa pequeña distancia.
Quisiste tender puentes, aplicaste pasión y osadía, jugando al escondite, pero tus puentes no pueden unir dos puntos, no hay líneas rectas, sólo curvas inciertas.
Pero seguirás acumulando sueños, demasiados para contarlos y pocos para no vivirlos.
Con lo que queda por llover.